LA MUERTE Y LA ANSIEDAD, SON LA ESCUELA DE LA VIDA, LA CLAVE DE NUESTRA PROPIA TRASCENDENCIA.
¿Cuál es el costo de mentirse a uno mismo? Kierkegaard quería enseñar y demostrar las maneras en que la vida se nubla y fracasa cuando el ser humano se cierra a si mismo ante su propia condición.
Para él, ser una persona culturalmente “normal” es estar enfermo.
Si la salud no es normalidad cultural, entonces debe referirse a otra cosa que debe apuntar más allá de la situación habitual del hombre, sus ideas habituales. En otras palabras, la salud mental no es típica, sino idealmente típica. Es algo más allá del hombre, algo por alcanzar, por lo que se debe esforzarse, algo que lleva al hombre más allá de sí mismo. La persona sana, el verdadero individuo, el alma autorrealizada, el hombre real, es el que se ha trascendido a sí mismo.
¿Cómo se trasciende a sí mismo? Dándose cuenta de la verdad de su situación, deshaciendo la mentira de su personaje, sacando el espíritu de su prisión condicionada. Aquí el enemigo más grande es Edipo.
El niño ha desarrollado estrategias y técnicas para mantener su autoestima frente al terror de su situación. Las defensas que necesita para moverse en su primera etapa de vida, con confianza y autoestima se convierten en la trampa de toda su vida.
Para trascender a sí mismo, debe romper lo que necesita para vivir. Debe deshacerse de todos sus "préstamos culturales" y permanecer desnudo en la tormenta de la vida. Las personas cómodas están dentro de la prisión de sus defensas de carácter (¿por qué el hombre acepta vivir una vida trivial? Debido al peligro de un horizonte lleno de experiencia). Como muchos prisioneros, se sienten cómodos en sus rutinas limitadas y protegidas, y la idea de una libertad condicional en el amplio mundo del azar, el accidente y la elección los aterroriza. En la prisión de los personajes, uno puede fingir y sentir que es alguien, que el mundo es manejable, que hay una razón para la vida, una justificación inmediata para la acción.
La prisión de un personaje está cuidadosamente construida para negar una cosa y una sola cosa: la propia animalidad. El animal es el terror.
Es más que la ansiedad de ser una criatura, también es la ansiedad del hombre la ansiedad que resulta de la paradoja humana: ese hombre es un animal consciente de sus propias limitaciones, es decir es un ser infinito (Espíritu) atrapado en un animal finito (cuerpo).
La ansiedad es el resultado de la percepción de la verdad de la condición de uno.
¿Qué significa ser un animal autoconsciente? Éste es el terror: haberse fusionado de la nada, tener un nombre, conciencia de sentimientos internos profundos, un anhelo interno insoportable, y con todo esto aún saberse morir.
Kierkegaard dice que al revivir la verdad de nuestra condición podemos trascendernos a nosotros mismos. Y, por otro lado, nos dice que la verdad de nuestra condición es nuestra completa animalidad.
Pareciese como si esto nos empujase aún más hacia abajo en la escala de la autorrealización, más lejos de cualquier posibilidad de auto trascendencia. Pero es solo una aparente contradicción. La ansiedad es la escuela que proporciona al hombre la mejor educación, la madurez final. Mejor maestro que la realidad. Debido a que los trucos de la percepción cultural y la represión, podemos tener una realidad mentirosa, retorcida y domesticada. Pero no se puede mentir sobre la ansiedad. Una vez que lo enfrentas, revela la verdad de tu situación: y solo al ver esa verdad, abres una nueva posibilidad de ti mismo.
No hay error al respecto: el plan de estudios en la escuela de la ansiedad es el desaprendizaje de la represión, de todo lo que el niño se enseñó a negar para poder moverse con mayor seguridad y formar una identidad social.
El hombre con la cabeza clara es el hombre que se libera de esas "ideas" fantásticas [la mentira de nuestro personaje sobre la realidad] y mira la vida a la cara, se da cuenta de que todo lo que contiene es problemático y se siente perdido. Y esta es la simple verdad: que vivir es sentirse perdido: el que lo acepta ya ha comenzado a encontrarse a sí mismo, a estar en terreno firme. Instintivamente, al igual que el náufrago, buscará a su alrededor algo a lo que aferrarse, y esa mirada trágica y despiadada, absolutamente sincera, porque es una cuestión de su salvación, lo llevará al caos en su vida.
Estas son las únicas ideas genuinas; Las ideas de los náufragos. Todo lo demás es retórica, posturas, farsa. El que realmente no se siente perdido, no tiene remisión; Es decir, nunca se encuentra a sí mismo, nunca se compara con su propia realidad.
El yo debe ser destruido, reducido a la nada, para que comience su auto trascendencia.
Como diría Ernest Beck, tiene que morir para cuestionar esa finitud, para ver más allá. ¿a dónde quiere ver? Y a lo que Kierkegaard responde: a la infinitud, a la trascendencia absoluta, al poder supremo de la creación que hizo criaturas finitas.
Nuestra comprensión moderna de la psicología psicodinámica confirma que esta progresión es muy lógica, si admites que eres un animal limitado, logras una cosa básica: demueles todos tus vínculos o apoyos inconscientes. Cada niño crece en un poder que lo trasciende. Por lo general, es una combinación de sus padres, su grupo social y los símbolos de su sociedad y nación. Esta es la red de apoyo sin cuestión que le permite creer en sí mismo, ya que funciona en la seguridad automática para entenderse con la humanidad. Esto nos lleva a negarnos a nosotros mismos y construir una identidad presada.
Uno pasa por todo para llegar a la fe, la fe de que la propia criatura con sensación de insignificancia, debilidad, muerte, porta su complemento la vida, creación, infinitud, amor. Entrelazada en algún tipo de diseño por alguna fuerza creadora. Kierkergaar dijo: uno es una criatura que no puede hacer nada, pero existe un Dios vivo para quien "todo es posible".
Entendemos por qué la ansiedad es la posibilidad de la libertad, porque la ansiedad destruye todos los objetivos finitos, y por eso el hombre educado por la posibilidad es educado de acuerdo con su finitud.
La posibilidad no conduce a ninguna parte si no conduce a la fe. Es una etapa intermedia entre la condición cultural (la mentira del carácter de nuestro personaje) y la apertura de la infinitud del ser con la cual uno puede relacionarse por fe.
Porque ante el caos y la vacuidad, tal como el universo inició siendo materia obscura, lux dinámica que a través de su contacto entre un hoyo negro gigante y un sol sin forma en expansión, se creó el big bang, que dio a luz a materia en el universo, dejó que existiera materia donde había vacuidad.
Este es el caos del cual el ser humano proviene, Aquello que se enfrentó ante lo desconocido, ante el caos y lo que no tiene forma, esa infinita posibilidad de la cual hablábamos anteriormente (la fuerza creativa e infinita), se vio ante su complemento el infinito y materia para CREAR algo, ante la infinita posibilidad de creación, si no hay elección, estructura y orden, existen miles de posibilidades y por tanto ninguna es expresada. Hasta que lo infinito se enfrenta a lo finito existe la posibilidad de creación, existe la vida. TODA materia en éste universo tiene vida, por ser justamente la paradoja entre lo infinito y lo finito, la posibilidad de crear algo, la creación.
Los planetas, las estrellas, los árboles, las piedras estelares, los animales, todo ello tiene vida, sin embargo el ser humano es consciente de esa vida, y a lo largo de su vida se va haciendo consciente de la paradoja que es, vivirse en un cuerpo limitado con un espíritu infinito. Sin embargo, como creamos defensas para no entrar en contacto con la ansiedad que implica nuestra muerte, pasamos la vida en automático con los programas sociales y culturales a los que nos vimos sometidos para formar nuestra seguridad.
Lo realmente paradójico es que, al enfrentar dicha ansiedad y dejarla arrazar dentro de ti, permitir que el terror te desnude y te haga sentir la muerte: permite contactar con tú espíritu, con esa fuerza creadora e infinita, llena de posibilidad a la que llamamos Dios. Esa fuerza que creó materia donde había vacuidad en el universo, es la misma fuerza que me habita, es el contacto con mi propio Creador, con mi espiritualidad, con Dios.
Entonces uno se enfrenta ante la ansiedad de la muerte, para desaprender su identidad falta, la que se ha creído ser, para trascender sus propios limitantes y conectar con su propia espiritualidad, la cual NO es el antídoto de la muerte, la muerte es la conexión con nuestro ser.
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